El fin de una época, se va el cine Rex y con eso los cines autónomos en Mérida

Ahora quedan salas que se juntan al proyecto arquitectónico en centros comerciales

Luego de toda una historia, el cine Rex cerrará sus puertas este 31 de marzo de 2023, con sus dos salas de cine dan por concluida una etapa para el barrio de Santiago y la ciudad de Mérida, pues con esto concluye el último cine que continuaba con el único objetivo de ser eso, un cine, sin compartir espacio en centros comerciales.

La maestra en arquitectura, Ileana Góngora Hernández, realizó la tesis “Transformación urbano-arquitectónica de los entornos barriales. Los cines en Mérida durante la primera mitad del siglo XX” y, ahora que el cine Rex cerrará al público, hace un recuento de la historia del sitio (y del cine).

Fue en 1897 cuando el cine llegó a la ciudad de Mérida, este cierre tiene gran impacto porque “los cines como espacios públicos diseñados específicamente para este hecho de recreación, se han acabado, ya no tenemos salas de cine que son autónomas, ahora tenemos multisalas, ahora tenemos salas que se juntan al proyecto arquitectónico o que rentan locales en centros comerciales”.

Recuerda que cuando el cine llegó a Mérida resultaba necesario adaptar ciertos espacios para proyectar las películas y esto solía hacerse en casas o en teatros, además de que las películas comenzaron siendo mudas y, en ocasiones, eran sonorizadas en vivo.

Un dato curioso, señala, es que había dos formas de ver el cine, con un precio más alto, mirar la primera mitad en una sala y luego la segunda en otra o, por un precio más bajo, primero veían la segunda parte y después la primera.

Fue aproximadamente entre 1927 y 1929 que el cine sonoro llegó a la ciudad, cuenta, y es hasta entonces que diseñan espacios específicos para el cine; fue un arquitecto americano quien ideó la disposición de las butacas y las bancas del cine Cantarell en Mérida.

En el caso del cine Rex, explica, en la historia aparece en 1948 y este llega a romper con la imagen urbana y la horizontalidad de la zona, aunque el cinema Apolo había estado en esa misma manzana; después de que éste fue anunciado, fue inaugurado hasta 1949.

La arquitecta detalla que este era un cine que tenía muchísima elegancia, un acondicionamiento especial de la sala para mejor acústica, lámparas ornamentales eran de prismas como cristales, un vestíbulo con espejos y tecnología para la proyección de las películas.

Fue un año después, en 1950, cuando Cines de Yucatán S.A. de C.V. tomó el cine que cambiaron las butacas por unas acolchonadas y le implementaron aire acondicionado y años más tarde realizaron la división del cine para que contara con dos salas, como ahora culmina su vida. Para 1999, apunta, cambió de empresa y posteriormente comenzó a formar parte de Cinemex.

La Jornada Maya